jueves, 24 de marzo de 2016

Memorias de Idhún

Hace años que me leí estos libros, y estos últimos días he decidido releerlos porque no entendía la manía persecutoria que tenía hacia Laura Gallego. Y después de un par de semanas y 2259 páginas he venido aquí a comentar la experiencia.

Memorias de Idhún es una trilogía escrita por, probablemente, la autora de literatura juvenil más famosa de España en la actualidad, Laura Gallego García. Es una trilogía de género fantástico que se publicó bajo la editorial SM en el año 2004 el primer libro, La Resistencia, en el 2005 el segundo, Tríada, y en el 2006 el tercero, Panteón; pero se siguen haciendo reediciones continuamente.
Esta historia discurre entre tres mundos: la Tierra, de donde proceden nuestros protagonistas más inmediatos, Jack y Victoria; Limbhad, un mundo intermedio, también llamado "La casa de la frontera", que más que un mundo es un lugar de pocos kilómetros de extensión que se encuentra entre dos dimensiones, la Tierra e Idhún, y hace las veces de frontera; e Idhún, el mundo de los tres soles y las tres lunas, en el que conviven multitud de seres fantásticos.
La sinopsis del primer libro es la siguiente:
«El día en el que se produjo en Idhún la conjunción astral de los tres soles y las tres lunas, Ashran el Nigromante se hizo con el poder en aquel planeta. En nuestro mundo, un guerrero y un mago exiliados de Idhún han formado la Resistencia, a la que pertenecen también Jack y Victoria, dos adolescentes nacidos en la Tierra. El objetivo del grupo es acabar con el reinado de las serpientes aladas, pero Kirtash, un joven y despiadado asesino enviado por Ashran a la Tierra, no se lo va a permitir».

En este primer libro, Laura Gallego aprovecha para presentarnos a los personajes principales y su procedencia, además del estado actual de Idhún, que ha sido invadido por los sheks, las serpientes aladas, que se han hecho con el control de este mundo tras exterminar a todos los dragones y todos los unicornios. Pero ese mismo día, la Orden Mágica consigue salvar a un dragón y a un unicornio recién nacidos y enviarlos a la Tierra para ponerlos a salvo, y ahora están perdidos por el planeta. A partir del segundo libro, empezamos a conocer mejor Idhún, y nos damos cuenta de que es un mundo muy rico y completo, muy bien estructurado y Laura no se deja prácticamente nada al azar. En mi opinión, lo que mejor construido está es el Panteón de dioses de Idhún, que nos proporciona una visión diferente a la que estamos acostumbrados de los Dioses, y este es probablemente el detalle que más me gusta de la historia. El problema, podría decirse, son los personajes. Los personajes secundarios (me refiero a aquellos que a pesar de ser muy importantes en la historia, no son los protagonistas obvios de la misma) están muy bien construidos, y evolucionan con la historia. Pero los protagonistas no, sobre todo el personaje de Victoria, de la que es prácticamente imposible saber cómo es ella misma, sin tener en cuenta su amor. Es como si sólo fuera posible verla bajo ese filtro, y nunca sabes cómo es Victoria en realidad. Para ella, todo gira en torno al amor que siente, y es imposible sacarla de ahí. Pero, a pesar de este error, la historia merece la pena, y aunque quizá se disfrute más a los 14 o 15 años, siempre he considerado que la literatura juvenil no tiene edad.

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